¿Se puede emprender sin dinero?. Creo que no hay un solo emprendedor o profesional independiente en el mundo que no haya pensado en este tema al comenzar su camino como tal. Es un tema extremadamente sensible y crítico que puede marcar la diferencia en tu carrera profesional, y es por eso que me encanta escribir sobre él.
Si bien existe actualmente en el mundo un sinnúmero de crisis y distintos problemas que azotan a los mercados, hay un flagelo que es en mi opinión el peor de todos y que puede dañar directamente tu capacidad de emprender: la creencia de que no puedes hacerlo. La primera razón que justifica esta creencia es el famoso “no tengo dinero para emprender”.
Ahora bien, ¿será así? ¿Realmente estás imposibilitada de dar este paso en este momento o te has dejado convencer por esta creencia como una excusa para no animarte a tomar riesgos y avanzar fuera de tu zona de confort?
¿De verdad tienes el sueño de emprender y ser una profesional independiente? Si es así, estas claves te ayudarán a detectar si el dinero aún es un problema para ti, o si simplemente te has quedado enganchada con esta creencia.
Aun en el caso que tuvieras un gran capital, siempre debes definir primero el mercado y luego encontrar un nicho que puedas atender. Esto te ayudarea a diferenciarte de la competencia, lo que te ayudará a despegar antes.
Un mercado objetivo es un grupo de personas con características específicas y necesidades particulares que tu producto o servicio intenta satisfacer.
En cambio, de acuerdo a la Wikipedia, un nicho de mercado, es una porción de un segmento de mercado en la que los individuos poseen características y necesidades homogéneas, y estas últimas no están del todo cubiertas por la oferta general del mercado.
Es muy común que pienses que se necesita un montón de dinero. ¿Cuánto es ese “montón de dinero”? Si no sabes exactamente lo que quieres hacer y exactamente cuánto te va a costar… ¿cómo sabes que no tienes el dinero para hacerlo?
O ¿cómo lograrás juntar el dinero si no sabes a qué número debes llegar? Así que lo primero que debes hacer es averiguar cuánto dinero necesitas para arrancar. Si tienes un negocio de venta de bienes materiales, entiendo que tengas que pensar en algunos gastos e inversiones en activos, almacenamiento, distribución y demás.
Pero si estás en el negocio de los servicios profesionales, en la mayoría de los casos lo más importante es lo que tú mismo puedas aportar: tu conocimiento, tu experiencia, tu talento y fortaleza. Y eso en general no te cuesta nada.
Claro que tienes que pensar en tener ingresos para pagarte el equivalente a un salario para mantener tu nivel de vida, tus gastos personales, pero no es lo mismo que tener que pagar adicional una renta por una oficina, el salario de otros colaboradores, maquinaria, etc.
Si te pregunto cuánto quieres ganar con tu negocio tal vez me digas un número que has estado pensando (y no siempre sucede… así que ¡pregúntatelo ahora mismo!). Pero si te pregunto cuánto es el mínimo que debes ganar para poder sostener tu negocio y pagar tus gastos, puede ser que no tengas tan clara esa información. Y es absolutamente imprescindible.
Si recién estás comenzando y estás ofreciendo tus servicios profesionales, el número que tienes que tener a raya es el de tus gastos personales/familiares. Tal vez es hora de ajustar un poco el presupuesto hogareño y reducir gastos innecesarios o que pueden postergarse en pos de poder finalmente lograr el sueño de emprender tu empresa propia. Esto depende de ti, y del valor que le des a una u otra opción.
Esto es fundamental. No quieras comenzar con una oficina, asistente, vendedores y más estructura. Si no puedes pagarlo lo único que estarás haciendo es prolongar más tu proyecto o bien meterte en deudas que no te convienen.
Comienza trabajando desde casa, sin mucha más estructura que tu computadora, tu teléfono celular y lo que necesites para hacer tu tarea. Si necesitas delegar tareas, hazlo con un asistente virtual. Hoy en día hay decenas de opciones que puedes tener en cuenta para llevar tus negocios en tu laptop o en tu celular y no necesitas comenzar con un espacio físico. Especialmente para algunas profesiones de servicios, el 90% de tu tarea puedes hacerla directamente con una computadora y una buena conexión a internet, casi desde cualquier lugar del planeta.
Rompe tus paradigmas de que “necesitas una oficina” o un “local a la calle”. Porque en ese caso, no comenzarás nunca. Comienza pequeño y luego, a medida que vayas adquiriendo ingresos, mejoras tu situación y consigues el equipamiento o la oficina que deseas.Y no olvides que si necesitas reunierte con algun cliente importante que no puedes llevar a tu casa, siempre existe la posibilidad de tomar una oficina virtual.
¿Tienes un trabajo estable y muchas ganas de emprender?
Comienza sin dejar tu trabajo. Estoy segura que esto representará para ti un esfuerzo adicional, pero, si realmente vale la pena, lo harás con gusto.
Claro que no podrás sostener esta situación más que algunos meses, pero al menos tendrás una prueba de si esto que estás comenzando te agrada y si comienza a dar algunos pasos.
Si es así, si tu negocio da algunos pasos aún cuando sólo puedes dedicarle unas cuantas horas cada semana, ¡imagínate qué podrás lograr cuando tengas tu dedicación completa allí!.
Si te es imposible manejar ambas cosas al mismo tiempo, por ejemplo porque tu emprendimiento requiere que te muevas de la ciudad o que viajes, tal vez no te quede otra que renunciar a tu trabajo. En ese caso, y antes de hacerlo, tendrás que asegurarte una reserva o un ahorro con el que puedas vivir durante un tiempo.
Lo aconsejable es contar al menos con el dinero que te servirá para vivir un tanto restringida y sin lujos, durante 6 meses a un año. Con esto, estás asegurándote no esperar resultados positivos en tu negocio por un tiempo prudencial. Todo lo que ganes antes de ese tiempo, será “inesperado” y no sólo mejorará tu situación económica sino que fortalecerá la “autoestima de tu negocio”.
Si ya estás embarcado en tu negocio propio y no te está yendo bien, antes de quemar absolutamente todo lo que has hecho con tu negocio y volverte a emplear para pagar tus gastos, puedes considerar una opción intermedia.
Para poder optar por esta alternativa debes tener tiempo de maniobra. Es decir, si ya estás en la última instancia, con el último respiro y gastándote el poco dinero que queda, tal vez sea demasiado tarde.
Pero si aún tienes unos pocos meses de resguardo, es ideal para darte un poco de energía y combustible para tu negocio. Un trabajo parcial suele ser aquel que, además de como su nombre lo describe por no ser de dedicación completa y así permitirte continuar con tu negocio, complementa tus ingresos y hasta en algunos casos te da el beneficio de poder promocionar tu propio negocio!.
Una amiga trabajó como camarera los fines de semana hasta que finalmente pudo vivir sólo de sus servicios como entrenadora deportiva. Una clienta solventó los primeros gastos de su negocio siendo profesora en la universidad. Otra amiga trabajó como acompañante terapéutica hasta que su práctica privada de psicología empezó a crecer.
Dar clases en la universidad, en la escuela o en un instituto privado, ofrecer servicios de cuidado de niños (especialmente si puedes aprovechar para cuidar al mismo tiempo a los tuyos, ¡es un negocio rendondo!) y todo lo que se te pueda ocurrir que no te lleve mucho tiempo y que complemente tus ingresos, te dará aire para seguir trabajando en tu negocio propio.
Es cierto que el dinero facilita muchas cosas, pero si no cuentas con él y aún tienes una pasión golpeándote en el pecho queriendo salir, puedes utilizar la creatividad para conseguir lo que necesitas.
Si tienes un servicio que puedes ofrecer, tienes algo con qué negociar. Busca posibles colegas con quienes puedas hacer intercambios de servicios.
Por ejemplo, una amiga que es coach le ofreció a una colega diseñadora algunas sesiones de coaching a cambio del diseño web de su página.
También puedes hacer una alianza estratégica con otros colegas para que promocionen tus servicios, a cambio de un porcentaje en las ventas que generes gracias a esa promoción.
No tienes límite para utilizar tu creatividad.
Todo cuanto imagines puedes intentar ponerlo en práctica para finalmente lograr el sueño de tener tu negocio propio.
Ahora que sabes que es posible emprender sin dinero o con bastante poco, ¿qué piensas hacer? Anímate a pasar de las ganas a la ejecución. No dejes que tus deseos queden sólo en tu mente o en el papel, pasa a la acción.
¿Te animas? Déjanos tus comentarios debajo.