Si buscas tener en tu empresa un equipo con capacidad de innovación continua, la clave es simple: tiene que ser diverso. El objetivo es encontrar al mejor talento sin importar su origen, gustos o intereses.
Generalmente se piensa en diversidad bajo términos comunes como raza, religión, orientación sexual, género, etnia, edad, etcétera. Sin embargo, la diversidad también incluye aspectos como estatus migratorio, valores familiares, experiencia profesional, habilidades-especialización y clase social, entre otros.
Para entender esta relación, el Instituto Europeo para la Gestión de Diversidad (IEGD) ha difundido diversos estudios, como Synergy from individual differences, del profesor Joe DiStefano, en el cual se propone que “La integración de los individuos es el último paso para obtener alto rendimiento en las empresas”.
Uno de sus principales sustentos es que la diversidad contribuye a la creatividad, pues se nutre de información novedosa y diferentes perspectivas, lo que lleva a tomar mejores decisiones, más asertivas y representativas. El hecho de estar expuesto a un grupo con características diferentes hace que la mente cambie la manera de ver las cosas.
El estudio del profesor DiStefano, de la Universidad de Lausanne, comprobó que:
La diversidad en la práctica
Un ejemplo específico del impacto de la diversidad a nivel empresarial se puede ver en el artículo “Cómo la diversidad nos hace más inteligentes”, de Katherine W. Phillips, que cita la investigación que realizaron los profesores Cristian Deszö, de la Universidad de Maryland, y David Ross, de la Universidad de Columbia, quienes estudiaron el efecto del género en las principales compañías listadas por la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s.
Los profesores delimitaron la muestra en tamaño y género de los mejores equipos de alta dirección, desde 1992 hasta 2006, y después compararon sus estados financieros. En promedio, los resultados arrojaron que la presencia femenina en puestos directivos conduce a un aumento de 48 millones de dólares en valor para la empresa. Claramente, es un factor de negocio. Más tarde midieron también “la intensidad de innovación” por medio de lo invertido en investigación y desarrollo; encontraron que las empresas que priorizan la innovación, y además tenían presencia de mujeres en puestos de liderazgo, generaron mayores ganancias.
Otro ejemplo lo detalla la islandesa Halla Tomasdottir, cofundadora de la empresa de servicios financieros Audur Capital, en uno de los foros de TED Talks. Halla predijo el “desastre económico de su país” y reconoció la existencia de un desbalance en el mundo empresarial:
“Lo que se necesita para un futuro exitoso, es un mejor balance de los valores femeninos y masculinos, así como mayor atención a la sostenibilidad a largo plazo.”
En conclusión
Al promover prácticas relacionadas con la diversidad es importante definir qué significan estos términos para cada empresa, y los factores que tienen mayor impacto en el país, grupo social y para el negocio. La implementación empresarial no es una opción, es un imperativo para toda organización que quiere mantener un crecimiento sostenido y tener rentabilidad económica.
En México, la tendencia es que las empresas implementen programas que promuevan la diversidad, por medio de redes de empleados que se enfoquen en el desarrollo y empoderamiento de las mujeres, o bien, que permitan la inclusión de personas con diferentes preferencias o capacidades. El objetivo es encontrar el mejor talento sin importar su origen, gustos o intereses.
Es nuestra responsabilidad como líderes crear una base de colaboradores tan diversa como lo son nuestros clientes y las comunidades a las que servimos. De esta forma podemos tomar ventaja de sus ideas y experiencias para fomentar un ambiente con personal más innovador que anhele trabajar y tener un futuro prometedor.
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