En la primera fase de la economía de una empresa, la principal inquietud en la mente del emprendedor es poder subsistir y encontrar modelos efectivos para generar ingresos. A pesar de la preparación que podamos tener desde el punto de vista académico, hay ciertos ámbitos donde sólo la experiencia puede ayudar para sacar adelante el negocio.
Ante todo, siempre se debe tener una planificación y expectativas realistas sobre las proyecciones financieras y tiempos que tu empresa necesita para alcanzar el punto de equilibrio y luego ser rentable. A continuación, te damos algunos consejos con los cuales podrás evitarte más de un disgusto al emprender y te permitirán estar más preparado para la realidad de una Pyme:
Tu plan financiero debe ser realista. Todo emprendimiento genera más gastos que ingresos los primeros meses de funcionamiento y calcular una tesorería para tres meses puede ser insuficiente. Debes considerar a largo plazo y evitar a toda costa un ahogo financiero provocado por las deudas o por los pasivos. Contempla reservas más amplias, para poder invertir en un catálogo de productos considerable y maneja las expectativas en su tiempo de venta.
Siempre ten en cuenta los plazos de pago. Generalmente, las grandes empresas abusan con fechas de 30, 60 ó 90 días para cancelar alguna factura, lo que puede significar grandes problemas para una empresa que apenas está iniciando. Por otra parte, trabajar en conjunto o para la Administración Pública genera inconvenientes similares, que muchas veces la burocracia acentúa.
Todo negocio que se inicia debe controlar sus gastos. A pesar de que muchas salidas de dinero sean más que justificadas se debe tener un orden, no abusar de las líneas de crédito y no acabar con las reservas. Aunque es importante dar a conocer tu marca, en un comienzo el exceso de gasto publicitario puede ser perjudicial. Se debe dedicar el esfuerzo al análisis de costos y considerar cuándo se hará efectivo el retorno de la inversión.
Por eso, es recomendable que en tus inicios apuestes por medios de menor costo como lo son las redes sociales y las herramientas de marketing digital en general. Es muy importante que definas bien tus estrategias y delimites tu retorno de inversión.
Tener las cuentas al día siempre es beneficioso para cualquier empresa. En muchas ocasiones, un mínimo error de cálculo puede desencajar las finanzas y alterar el plan de negocios. Es recomendable realizar balances semanales, lo que te permitirá tener un control más preciso sobre gastos y entradas.
Contar con clientes morosos es una situación en la que ningún emprendedor quiere estar. Siempre te debes preguntar si el cliente está insatisfecho o si realmente tiene problemas financieros. Ante la decepción por nuestros productos o prestaciones se recomienda actuar con rapidez, ofrecer reposiciones o dar un servicio complementario, que lo deje complacido y permita desbloquear la deuda. En el caso de una mala situación financiera, debes considerar todas las opciones legales para saldar cuentas pendientes.