El día de ayer vimos que son las finanzas y los primeros 3 conceptos básicos que componen los pilares para un buen proyecto emprendedor. El día de hoy revisaremos los 3 restantes: Los ingresos, la liquidez y los beneficios.
Para poder entender el monto de los ingresos, tenemos que acudir a lo facturado por la empresa en un momento dado. Sin embargo, es menester entender que la factura no es sinónimo de ingreso real, por ello, a lo que logramos la primera factura, es decir, hemos logrado obtener la primera venta del producto o servicio, tendremos que tomar en cuenta 4 factores que pudieran hacer que lo facturado y lo ingresado en un mismo período no coincidan, antes de esto, aclarar que a nivel empresarial normalmente se factura a crédito, mientras que en el mercado minorista o retail, se factura en efectivo o de contado, por supuesto, nosotros aplicaremos los factores a las empresas que facturan a otras empresas:
1. Las facturas con tiempo de vencimiento no cumplido, en dicho caso, es decir, en las ventas o facturas con un tiempo de pago estipulado, se tiene un ingreso causado (e incluso, generador de impuestos) pero aún no ha entrado líquido (dinero) a las arcas de la empresa aunque exista una fecha prometida;
2. Las devoluciones, es otro factor que puede diferenciar un ingreso de un dinero dentro de la tesorería y esto normalmente implica perder parte del valor de lo facturado, que bien puede generar una reversión económica o una sustitución de producto, pero algo claro, es que no generará un ingreso líquido;
3. Las facturas vencidas, en este caso, es la misma factura, pero ahora genera un costo de cobranza, ya que se pudo tener en cálculo su ingreso, pero por cualquier circunstancia, esa no se dio;
4. Las facturas canceladas o anuladas, en este caso, la totalidad de lo facturado se pierde, puede deberse a un error interno o de ventas, ello es indiferente, a nivel contable quedará como una entrada, que no se convirtió en líquido, por supuesto, al momento de la “anulación”, tampoco existe la salida del producto o servicio.
Estos cuatro factores debe ser tomados en cuenta cuando se acuda a revisar lo facturado y se compare con lo existente en tesorería (o en caja).
El líquido circulante es la sangre del sistema, es decir, sin dinero en caja del cual se pueda disponer para pagar las acreencias (egresos), la empresa estará al borde de la quiebra, indiferentemente de los ingresos facturados.
El mayor problema de un emprendedor, es lograr pagarle a sus acreedores (y demás gastos asociados a la actividad), en los tiempos estipulados, y para ello, requiere que sus clientes cumplan en los tiempos previstos los pagos.
Ahora, el concepto de liquidez o dinero circulante puede producir un error, al tener facturas cobradas antes del vencimiento y pagos atrasados, en ese momento aparece una liquidez mayor a la que pertenece a la empresa, y puede convertirse en el punto de inflexión a una “tormenta perfecta financiera” (gasta lo que no te pertenece, y no cumplir con tus obligaciones), como dicen los norteamericanos: “no existen los desayunos gratis”, es decir, todo se debe pagar, y si se acumulan más acreencias improrrogables sobre los ingresos, quedaremos sin efectivo, y ello, equivale a quedarse sin gasolina.
También puede ser engañoso un estado de liquidez excesiva, cuando la misma proviene de la venta de una inversión (un vehículo, un local, etc) o de un crédito, y parecen en caja como un número positivo, pero realmente es todo lo contrario (usted sabe, ya nos vamos pareciendo a un contador).
Recuérdese que a nivel industrial, es común darle crédito al cliente, lo cual, mantiene dos cuentas separadas: lo facturado (lo vendido a nivel de papel) y lo cobrado (cuentas pagadas). La resta de ambos produce las temidas cuentas por cobrar, que representan un dinero obtenido con mayores costos (tanto de oportunidad como para los efectos de hacerlos efectivos) por parte del empresario, y en algunos casos, puede producir los problemas de liquidez en la misma, por lo cual, la empresa queda sin efectivo para cumplir sus compromisos (sinónimo de quiebra).
El beneficio son los cauchos que sostienen toda una empresa, no tanto como el motivo último de sus accionistas o propietarios, sino, como el necesario apoyo para continuar con sus movimientos. Sin embargo, es la rentabilidad, lo que la hace atractiva.
Sin beneficios no existe la empresa, sin renta, no atrae. Pues bien, vamos a estudiar someramente ambos y dar unas fórmulas sencillas para medirlas.
Para determinar que es el beneficio y qué es la rentabilidad, debemos partir por definir al primero, el beneficio, se entiende como el ingreso liquido de la empresa menos los costos, en un periodo de tiempo determinado. Normalmente, se denomina Beneficio Bruto, para obtener el Beneficio Neto.
Ahora bien, si mis costos sumados son de 10 dólares y mis ingresos de 20 dólares, tengo un beneficio de 10 dólares.
Sí, pero eso no significa que te has enriquecido 10 dólares, ya que una vez determinado el beneficio bruto, hay que restarle otros costos asociados al dinero propiamente dicho, esto es, el costo de oportunidad, los intereses (en caso de venir de un crédito) y la inflación. Estos tres puntos, del costo del dinero, lo trataremos en un artículo posterior.
Es importante no confundir la denominada liquidez (fluido de dinero) con los beneficios brutos, ya que el primero se refiere a todo el ingreso liquido obtenido por la empresa, en un momento determinado, por cualquier causa (eso incluye la venta de activos, como una nevera o local), eso significa que no se requiere terminar un proceso comercial (producción, transporte, venta y pago) para obtenerlo, mientras, que el denominado beneficio, sí requiere de la culminación de un proceso comercial, lo que incluye el pago del cliente.
Entonces, ¿cómo determino la rentabilidad de un periodo dado?, pues existe una fórmula clásica, sobre el retorno financiero de la inversión, normalmente calculada por periodos medios (6 meses mínimos): (Beneficio Bruto-Capital invertido)/Capital invertido (ROI), y el resultado se multiplica por 100 (para convertirlo en porcentaje).
Ahora, para calcular el beneficio, se aplica la misma operación, pero sin restar el capital invertido. Si el resultado es menor a 1, está perdiendo dinero, igual al final si resta el dolar invertido sobre lo obtenido, debe obtener el mismo resultado que el ROI inicial. ¿Cual es la diferencia?, que en el segundo obtiene el capital más el interés mientras en el primero, sólo lo ganado.
Por supuesto, no es el único valor, y en clases posteriores iremos aplicando algunos acrónimos y formulas financieras básicas.
Ejemplo, en esos 6 meses, se pagaron 4 salarios (x6), servicios públicos, impuestos, materia prima, alquiler, compra de equipos (o pago parcial), etc. Eso será el denominado capital invertido, y es el divisor de los beneficios brutos. Al resultado, se le mide en porcentaje.