Cuando algo sale mal y te encuentras en desventaja, generalmente la mejor forma de afrontarlo es convirtiendo lo negativo en positivo. Esto lo aprendí temprano conforme batallaba con la dislexia, un problema de aprendizaje que afecta la comprensión de la lectura.
Dejé la escuela a los 16 años, en parte debido a la dislexia. No siempre podía seguir lo que ocurría, por lo que no encontraba interesantes las clases y me distraía. Mis maestros sólo pensaban que era flojo; en ese entonces la gente no entendía tanto de dislexia como hoy. En uno de mis últimos días en la escuela, el director me dijo que o terminaría en la cárcel o sería millonario Ésa fue una predicción alarmante, ¡pero de alguna manera tuvo la razón en ambos sentidos!
Lo que definitivamente era cierto es que pensaba distinto a mis compañeros. A lo largo de mis años de adolescencia estuve muy enfocado en intentar establecer un negocio y crear algo. Al dejar la escuela dediqué mi energía a convertir Student magazine en una publicación de alcance nacional y una empresa rentable.
Con los años, mi forma de pensar diferente me ayudó a construir Virgin Group y contribuyó a nuestro éxito. Mi dislexia guió el camino de la forma en la que nos comunicábamos con los clientes. Cuando lanzábamos una nueva empresa, me aseguraba de salir en los anuncios y materiales de marketing. Les pedía a aquellos que presentaban la campaña que hablaran fuerte, para probar las frases y el concepto. Si podía entenderlos rápidamente, entonces se aprobaba. Únicamente si el mensaje era completamente comprensible desde el primer vistazo se publicaba.
Actualmente sigo revisando nuestras campañas de anuncios, por lo que continuamos usando un lenguaje ordinario y nada de la jerga de la industria. Nuestro banco, Virgin Money, no habla de “servicios financieros” o de “liderar la inteligencia industrial”; en lugar, hablamos de construir un mejor banco para todos. Este énfasis en la simplicidad y claridad también se extiende a los valores de la marca: las empresas de Virgin se relacionan con valor, calidad, innovación, diversión y un excelente servicio al cliente.
Cuando me encontraba con obstáculos, mi equipo y yo buscábamos la forma de rodearlos. Por muchos años, dirigí Virgin Group sin saber la diferencia entre ganancias netas y brutas. A pesar de esos problemas, éramos capaces de trabajar juntos porque aprendí el arte de delegar. Ésta no es una habilidad que surge fácilmente para algunos, pero cuando eres disléxico tienes que confiar en otros para que hagan tareas por ti. En algunos casos esto involucra escribir y leer.
Como emprendedor, aprendí que rodearme con personas mejores que yo en ciertas tareas me ponía en una ventaja, ya que de esa manera podía enfocarme en las cosas para las que soy bueno. Contratamos a personas maravillosas en todo Virgin Group para dirigir el negocio, las cuales me proveyeron del espacio para pensar creativa y estratégicamente en nuevos proyectos, mientras trabajaba en crecer el negocio.
No fue sino hasta que fui un adulto joven que reconocí a totalidad mi dislexia. Para ese entonces, ya entendía que los retos pueden ser la fuerza que impulsa el éxito. Y de hecho, un estudio publicado en 2005, descubrió que uno de cada tres emprendedores americanos se identifica como disléxico, mientras que otros estudios han demostrado que personas con este problema tienden a sobresalir en la detección de patrones y comprensión del panorama general. Emprendedores como Thomas Edison, Henry Ford, Ted Turner y Charles Schwab tenían dislexia.
Así que si eres disléxico, es importante que no te dejes sentir inferior simplemente porque no puedes deletrear todas las palabras. Varía tus actividades e intereses de manera que puedas descubrir tus fortalezas –en mi caso, supe que quería crear algo que permitiera difundir la voz de los jóvenes y eso significó crear una revista y un negocio para pagar las cuentas.
Incluso se piensa que Albert Einstein fue afectado por este problema de aprendizaje. El famoso físico una vez dijo que “Es un milagro que la curiosidad sobrevive a la educación formal”, lo cual es especialmente verdadero si tienes dislexia. No ser excepcionalmente buen estudiante no significa que no puedas ser excepcional.
Cualquiera que sea el reto personal que tengas que superar, debes ser lo suficientemente valiente como para aceptar que eres diferente. Debes tener el coraje para confiar en tus instintos y estar preparado a cuestionar lo que los demás no cuestionan. Si lo haces, podrás tomar oportunidades que los demás pasen de largo. Cree en ti mismo, usa todo lo que puedas (hasta los obstáculos) para impulsarte en el camino al éxito. ¿Quién sabe qué puedes lograr?