La diversidad y la equidad de género le hacen mucho bien a las empresas. Y si alguien tiene dudas al respecto, debería asomarse a un caso de la industria mexicana de telecomunicaciones.
Durante 2015 (el año en el que la compañía inició operaciones en el país), en las posiciones de liderazgo de AT&T México, las mujeres sólo representaban el 10%. Hoy, la cifra es muy diferente: la presencia femenina abarca el 34% de los puestos directivos.
En el mismo periodo, AT&T ha fortalecido su posición en el mercado mexicano. La compañía ya atiende a más de 9 millones de suscriptores móviles y su red 4G LTE sigue ampliando su alcance para garantizar una cobertura de 100 millones de personas en 2018.
Los avances en inclusión femenina y los pasos firmes en el mercado no son una afortunada coincidencia. En realidad, reflejan una visión corporativa que tiene una sólida convicción: “en una empresa, sector industrial y la sociedad en general, el mejor camino para innovar es la inclusión. Un equipo diverso aporta conceptos y puntos de vista diferentes; los cuales nos dan una perspectiva distinta de la vida y nos abren un panorama más amplio a la hora de proponer y desarrollar soluciones”, dice Claudia Castro, vicepresidenta de Servicio al Cliente de AT&T México.
En ese sentido, para AT&T, la diversidad –que se sustenta en la equidad de género y la inclusión de minorías étnicas, sexuales y sociales– es un factor de éxito que ninguna empresa debe ignorar.
“Estamos creando una cultura corporativa en donde cada persona encontrará la posibilidad de evolucionar hacia la mejor versión de sí misma”.
Equidad en acción
En el caso específico del desarrollo profesional y personal de las mujeres, la visión de AT&T se ha materializado en diferentes iniciativas. En su operación mexicana, el programa más emblemático es “Mujeres en Acción”.
Operando desde septiembre de 2015, la iniciativa tiene un objetivo esencial: el empoderamiento del personal femenino de la empresa; y más importante aún, el empoderamiento que se promueve abarca aspectos laborales, personales y familiares/comunitarios –es decir, se trata de un “empoderamiento integral”, y no sólo concentrado en parámetros de productividad.
Por esa razón, “Mujeres en Acción” incluye actividades como:
-Embajadoras AT&T: mujeres en puestos gerenciales que reciben mentoría y coaching para desarrollar sus habilidades de liderazgo. La asesoría incluye el apoyo de colegas mujeres que ya ocupan puestos directivos.
-Acciones para que las colaboradoras reconozcan el valor de su tiempo íntimo, y así adopten hábitos que garanticen un equilibro entre el trabajo, la familia y el ámbito personal.
-Programas que alientan la participación femenina en tareas de voluntariado y responsabilidad social, las cuales pueden abarcar temas medioambientales o de desarrollo comunitario.
-Iniciativas para promover estilos de vida saludables (en lo físico y lo emocional), la prevención oportuna de enfermedades y la actividad deportiva regular; aunque el programa incluye a todos los colaboradores de AT&T, se han desarrollado actividades específicas para las mujeres, como pláticas y campañas relacionadas con el cáncer de mama y el cervicouterino.
Al plantear una visión amplia del desarrollo de la mujer, la compañía “entiende que las mujeres somos agentes de cambio, y al mismo tiempo, reconoce que un trabajo debe ser algo más trascendente que una oficina, una ocupación o una fuente de ingresos”, apunta Claudia Castro.
Por otro lado, la convicción por impulsar el talento femenino es algo que se vive diariamente en la empresa, incluso en los espacios cercanos al consumidor. “Todas las áreas de la compañía se ven beneficiadas con los programas de empoderamiento. Por ejemplo, en el departamento de Ventas existe la iniciativa “Queremos verte crecer”, la cual desarrolla a ejecutivas y asesoras de tienda para que crezcan hacia puestos de gerentes”, comenta Castro.
Así, en un mercado mexicano lleno de retos, AT&T abre las puertas a la diversidad. Una pluralidad –consideran en la empresa– que será clave para su éxito y en donde las mujeres dejarán una profunda huella.
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